Las cumbres presidenciales no son por lo general precisamente lugares de innovación o de generación de “novedades”. La de la semana pasada en Chile de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), una “oea sin Estados Unidos y Canadá”, no fue la excepción. Salvo por dos cosas: su propia realización, al consolidar un instrumento muy nuevo (esta era su primera reunión al más alto nivel) surgido a iniciativa del venezolano Hugo Chávez; y el hecho de que La Habana ejercerá su presidencia pro-témpore durante un año. “Que el cubano Raúl Castro reciba este honor de manos del chileno Sebastián Piñera demuestra el camino que ha recorrido América Latina en estos últimos años”, dijo en Santiago la presidenta argentina Cristina Fernández. Nunca Cuba había obtenido la presidencia de u...
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