Ante la declaración de inconstitucionalidad de dos lavadas y postergadísimas leyes que reflejan banderas históricas de la izquierda, como la eliminación de la ley de caducidad de la pretensión punitiva del Estado, de 2011, y la lucha contra la concentración de la tierra (el icir, de 2012), el Frente Amplio (mejor dicho partes del fa, distintas en cada caso) se reencontró con su capacidad de enojarse, movilizarse y designar adversarios con los que antagonizar. Sorpresivamente, el antagonista elegido fue la Suprema Corte de Justicia (scj), en un hecho casi imposible de anticipar hace sólo algunas semanas. Para algunos, la aparición de esta disputa política resulta escandalosa, en tanto supuestamente viola la separación de poderes y politiza un organismo cuya función es estrictamente técnica...
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