Por una cabeza
El fallecido presidente venezolano Hugo Chávez no se conformó con decir “mi único heredero es el pueblo”. El mensaje estuvo claro, pero lo mejoró con un agregado político y práctico encomiable. El líder bolivariano señaló a su sucesor. Lo expresó en una situación límite en la que demostró una racionalidad y un temple excepcionales. La capacidad de negar la realidad, así sea un futuro inminente, es gigantesca entre gentes del común. Para qué hablar del imaginario de los grandes personajes de la historia, siempre afectado por los entornos y casi siempre por las alturas o la soberbia. Chávez quiso seguir viviendo (lo pidió con fiereza y ternura), pero supo que no era inmortal. En el momento necesario y trágico fue sensato y racional. Designar a quien es hoy el presidente elect...
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