“¿Y si vivimos todos juntos?”
El vínculo de la amistad –a lo largo de la historia puede asomar algún otro– resulta el lazo que une a un grupo de veteranos que, vista la soledad y el futuro alojamiento en un hogar de ancianos, decide intentar la experiencia de la vida en común. A casi nadie en derredor, habida cuenta de las diferencias de temperamento y costumbres que los caracteriza, le parece una buena idea, pero este grupo de cabezaduras que se conocen desde hace ya mucho tiempo no dan el brazo a torcer. Familiares con otro tipo de problemas y los fantasmas del abandono y del infaltable mal de Alzheimer rondan en torno a estos protagonistas, algunos de los cuales tienen para colmo reservado más o menos repentinos trastornos de salud.La etiqueta de nada nuevo bajo el sol funciona, sin em...
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