Europa se ha involucrado en una guerra que, paradójicamente, ha unido a la Unión Europea a la vez que la ha debilitado, tanto desde un punto de vista económico como geopolítico. Sin embargo, decir que esta guerra está beneficiando a Estados Unidos, que con ella ha logrado poner fin al gasoducto Nord Stream 2, neutralizar las críticas al papel de la OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte], restar la dependencia energética de Europa del gas ruso en su provecho y socavar todo intento de autonomía estratégica europea es considerado inapropiado a pesar de tratarse de verdades más que comprobadas a estas alturas. La guerra de Ucrania ha puesto en evidencia las dificultades a la hora de hacer valoraciones racionales en medio del ardor belicista que han insuflado los líderes europeos.»...
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