Los cuatro pares de ojos se posaban intermitentemente sobre ella. El quinto la había dejado. Abandonada por su antiguo dueño, la chiva en desuso rechinaba en el silencio del rincón. En un asado surgió la solución. Se tiene que ir. Está hecha para rodar. “Pero como ésta hay miles en Montevideo. Bueno, vamos a sacarlas a todas.”
Liberá tu Bicicleta tuvo un nacimiento tan heroico y simple como ese. Hace un año comenzaron a pensar cómo hacer para sacarlas a todas. Supieron de una experiencia vasca en que la gente se traspasaba las chivas mediante una web. Pero no, no era eso. Decidieron que las centralizarían. Recibirían bicis en cualquier estado, las repararían y las devolverían a la calle, a quien las solicitara. Lo hicieron con 60 bicicletas el año pasado. En la azotea de aquella m...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate