Eliminando una aceituna de las ensaladas que servía a bordo en cada uno de sus vuelos, la compañía aérea más grande del mundo, la estadounidense American Airlines, consiguió ahorrar 40 mil dólares al año.
“Tenemos que reducir costos”, dijeron en aquella reunión de directorio hace 30 años y empezaron a llover ideas: bajar el número de destinos, cobrar las mantas y las almohadas que se afanaban los pasajeros rioplatenses, cobrar pasaje a la tripulación y hasta volar con el piloto automático. No le encontraban la vuelta, incluso alguien llegó a proponer: “¿y si traemos como gerente general a este muchacho argentino egresado de la Universidad Carnegie Mellon, que anda volando?” Pero la propuesta de contratar a Matías Campiani tampoco prosperó, tuvo un voto menos que la de aceptar como grupo inversor a Al Qaeda.
Hasta que uno tiró lo de la aceituna que, como todas las ideas geniales, era tan simple que parecía ridícula.
En realidad la idea original era empezar a comprar las aceitunas con carozo en lugar de las descarozadas, que son bastante más caras. Pero enseguida saltó un abogado a decir que donde un pasajero se rompiera un diente, la demanda terminaría resultando más cara.
Tampoco corrió lo de cambiar la aceituna verde por la aceituna negra, porque la empresa ya había tenido denuncias por racismo y no querían más problemas.
Entonces redoblaron la apuesta: “que sea sin carozo… y sin aceituna”.
Si se ahorra un platal quitando una aceituna de la ensalada, ¿cuánto más se ahorraría sacando unos cuantos ñoquis del plato del Estado? No digo la frutilla de la torta, ni siquiera la aceituna del Martini, pero la aceituna de la ensalada se puede sacar sin que nadie la vaya a echar de menos. Y más cuando estamos hablando de una ensalada de frutas.
Con que cada intendente y cada funcionario eliminen sus aceitunas de la función pública, ya estaríamos haciendo negocio. La pareja, el primo, el cuñado, el cuñado del primo de la pareja, la pareja del yerno de la tía. Porque en política no hay tutía, pero hay tu hermano, hay tu primo y hay tu nuera.
Uno podrá cuestionar a nuestros gobernantes las políticas públicas, los servicios, pero nadie puede negar que están defendiendo y promoviendo la institución más importante de la sociedad.
Ha llegado a un nivel el grado de nepotismo que un funcionario intentó duplicarse el sueldo sólo para contratar al único sobrino del hermano de la hija de su abuela.
Cómo será la cosa que Canal 12 tuvo que cambiar de programa político, sacaron Código País y pusieron a Lopecito haciendo Ésta es mi familia.