Luiz Inácio Lula da Silva acumula denuncias en su contra: la Fiscalía de San Pablo lo acusó el miércoles de ocultamiento de propiedad y lavado de dinero, y la de Curitiba lo investiga por su eventual participación en la red de corrupción en Petrobras. El gobierno de Dilma Rousseff y el Partido de los Trabajadores y sus aliados se defienden afirmando que se trata de una campaña mediática para impedir que Lula se presente como candidato en 2018 y reimpulsar el juicio político a Rousseff. Sectores de la izquierda no niegan esa campaña, se resisten a un eventual “golpe de Estado”, pero sostienen que hace ya mucho tiempo que el PT ha dejado de promover cambios de fondo en la sociedad brasileña. Lo que está en juego en la pelea entre la derecha y el descafeinado progresismo gobernante es una mer...
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