Un ordeñador ilustrado
En los pagos de Chamangá, departamento de Flores, Raúl Sendic cursó una escuela primaria donde aprendió muy poco. A su ingreso ya sabía leer y las cuatro operaciones aritméticas elementales. Su hermana Alba, ocho años mayor, se las había enseñado.
Cuando se mudaron a la que fuera la chacra de su abuelo Salvatore Antonaccio, el niño asistió un tiempo a una escuela de enseñanza agrícola a dos leguas de Trinidad. Y al saberse tan cerca, quiso visitarla; y como no tenía motivos para justificar aquel deseo ante su padre, un día se hizo la rabona y a paso redoblado emprendió su marcha hacia la primera ciudad que vería en su vida.Mientras subía una cuesta, oyó acercarse un vehículo por detrás. Era un camioncito cargado con bolsas de cemento. Raúl hizo señas para que lo...
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