Lo muxhe transgrede, trasciende.
Otrora se decía que muxhe era quien estaba en medio del hombre y de la mujer, lo intermedio.
En zapoteco no significa “él” ni “ella”. Es “ti”. Y tiene “guenda” (don).
Se ha dicho que son seres místicos, que tienen poderes mágicos.
Amaranta Gómez Regalado les ha marcado otro rumbo, no por ello menos mágico y poderoso: en lugar de cumplir con los roles femeninos estereotipados –mal llamados tradicionales–, como coser, bordar, cocinar y cuidar a los padres cuando se hagan viejitos, ella se ha hecho activista.
Veinte años lleva de poner rostro, nombre, color, cuerpo y voz a los derechos Lgbti. Dos décadas de luchar contra la epidemia del Vih-sida y recordar que se puede (y se debe) tener sexo con placer. Que el erotismo está y es intrínseco a los pueblos indíge...
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