Cuaderno de Rusia (II)
El Kremlin, la Catedral de San Basilio y sus hipnóticas cúpulas de cebolla, la Plaza Roja vista desde unas lujosas galerías comerciales, los rascacielos de Stalin reconvertidos en lujosos hoteles. Instantáneas de un Moscú donde el Gorky Park ha cambiado los secretos de la Guerra Fría por el confort urbano de vanguardia.
Los moscovitas siempre han estado obsesionados por el espacio. Los pocos metros cuadrados por habitante de que se disponía en la época soviética, las casas comunales, los panales de abeja construidos por Jrushov, los rascacielos estalinianos en los que el fasto del poder tenía más importancia que la superficie habitable. Hoy sigue siendo una ciudad hiperpoblada y el tráfico una demencia de atascos. Diez millones de habitantes, algunos dicen que c...
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