La elección es muy difícil. Me paro frente a la biblioteca y, aunque no los cuente, sé que hay 25 títulos originales, 25 libros con el sello Saer que, de tener unas doscientas páginas cada uno, sumarían cinco mil. Alguna vez las leí, y dicho así parece un alarde. Pero no lo es, hubo razones para hacerlo. Veo los primeros ejemplares que tuve, reediciones realizadas a principios de los años ochenta por el Centro Editor de América Latina: un tomo de Narraciones, Cicatrices, La mayor, El limonero real. Llegaron a mi casa a finales de esa década provenientes de Rosario, Argentina, donde Nicolás Rosa insistía hacía un tiempo en enseñar Saer en la Universidad. Saco el ejemplar de El limonero que se deshoja desde que lo agarré por primera vez. Lo abro al final para comprobar un recuerdo: fue mi pr...
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