Sobre la regulación de publicidad dirigida a los niños
La mejor regulación es la que no existe”, dicen algunos con total ausencia de inocencia, para machacar el concepto de que “el mercado debe autorregularse”, cuando está demostrado que el mercado no es totalmente libre y que algunos –generalmente esos mismos algunos– tienen capacidad, poder y oportunidad de darle una manito al mercado para que marche en cierta dirección.
Una de las maneras más perversas de “inclinar” el mercado hacia cierto consumo consiste en poner en funcionamiento mecanismos publicitarios que toman como rehenes a los niños. Si funciona esa publicidad que induce a ciertos consumidores masculinos a usar determinado desodorante porque quien lo usa tiene a las más bellas mujeres a sus pies (mujeres que, convenienteme...
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