De cómo en Vázquez Sagastume 383, Pueblo Victoria, se sostiene y se renueva la tradición de generar, a pulmón, espacios de convivencia y desarrollo cultural.
El martes no hubo deberes vigilados en La Casa
de Mario.
Insistieron
tanto los niños en saber lo que alojaba la misteriosa pieza del fondo, esa cuya
puerta los adultos se desviven por mantener cerrada, que se resolvió destinar
la jornada a satisfacer su curiosidad.
Los
periodistas del semanario llegaron justo a tiempo para la ceremonia de la
revelación. La dirigió Clara von Sanden, licenciada en historia, funcionaria
del Museo Histórico Nacional e integrante del grupo de vecinos que organiza las
actividades de la casa.
—Cierren
la puerta después cuando pasen –pidió–. ¿Vieron que acá está calentito? Bueno,
acá guardamos las fotos de Ma...
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