Resulta –digamos– curioso que los bancos que más apretaron a los gobiernos europeos para que se pusieran firmes con Grecia y no le aceptaran ni un poquito así de quita de su deuda, porque es a ellos que Atenas les debe, trasvasen buena parte de sus ganancias a paraísos fiscales o a estados “serios” que se manejan con regímenes fiscales “especiales”. En claro: bancos que lucraron con las primas de riesgo cobradas a Grecia por prestarle, algunos de ellos “salvados” de la bancarrota por sus propios estados, evaden fabulosas sumas que deberían pagar en sus países de origen trasladando sus ganancias, a través de un intrincado laberinto de pasarelas, a –pongamos– la Isla de Man, Curazao, Andorra, Malta, Jersey, Hong Kong, o incluso a Irlanda, Finlandia o Luxemburgo. Un informe de la consultora R...
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