Recorrer las salas del Museo Histórico de Rio de Janeiro es acercarse a la lectura que la historiografía oficial propone para el trayecto histórico que dio por resultado el Brasil actual. Es parte de eso que la academia kirchnerista llamaría “el relato”.
“Alrededor de las 2.30 de la tarde del 24 de setiembre de 1834, cerró para siempre los ojos aquel que en vida tuvo siempre el doble de todo, una parte heredada y la otra conquistada: fue emperador de Brasil y rey de Portugal, tuvo dos patrias, dos pueblos, escribió su nombre en la historia de dos continentes y amó tantas mujeres que hasta su confesor perdió la cuenta.”Parecería que una frase como esta, donde las razones de Estado coexisten con las virtudes de alcoba, sólo podría estar en un museo de Rio de Janeiro. Una ciudad desinh...
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