—¿Cómo piensa hacer para posicionar su candidatura como viable cuando viene de un PC sumido en una de las peores crisis de su historia, y con el sacudón interno que generó la renuncia de Ney Castillo?
—Para mí es un honor ser candidato colorado a la Intendencia de Montevideo (IM) por la Concertación. Y es un desafío. Es cierto que el partido estaba en un momento muy complicado, pero Ney Castillo, con quien tengo una excelente relación, me dio todo su apoyo para colaborar conmigo en la parte técnica que él ya había realizado. Creo que el PC necesita un cambio en la forma de actuar y de trasmitir sus ideas: tenemos que cambiar el sobretodo por la campera. Porque quizás con el sobretodo los vecinos no me entiendan. Los colorados tenemos que recuperar el voto batllista perdido y desacartonarno...
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