Lejos quedaron las masivas movilizaciones que marcaron la tónica de los reclamos del sector agropecuario en las pasadas elecciones, unificado bajo el paraguas del movimiento Un Solo Uruguay. Es que la victoria de una fuerza política suscrita, esencialmente, a los intereses de los productores rurales suponía una atención a sus demandas. Los cambios en los mercados internacionales también auguraban mejores precios, mayores ventas y más ganancias. Después del atravesamiento de una pandemia, todo indicaba, por fin, un período de gracia para el empresariado agropecuario.
Avanzada la administración nacionalista, sin embargo, comenzó a configurarse un escenario que, nuevamente, encendió las alarmas de las cámaras vinculadas al agro. Los cambios en el ámbito internacional determinaron una merma en...
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