Había nacido en Paysandú, un dato que parecía aflorar cada vez que irrumpía en cualquier sitio esgrimiendo campechana cordialidad y reconocido sentido común. No le costaba mucho entrar en conversación con amigos, colegas o conocidos, rasgo que seguramente acrecentaba la facilidad con que detectaba las características del ser humano que luego sabía reflejar en sus textos. Incursionó en el periodismo –Brecha supo contar con sus aportes– y en la crítica teatral, y fue también director artístico de la Comedia Nacional en la década del 90. Actividades que sin duda contribuyeron a incentivar la objetividad con que después retratara siluetas tan reales como la del narrador Horacio Quiroga o el experto José Pedro Varela, o aparentemente tan ficticias como los integrantes de la familia que transita...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate