Luego de la obscena sanción a Luis Suárez el uruguayo promedio está con sed de venganza, y toda jugada brusca con desgracia para el golpeado orienta un reclamo de justicia inmediato a la fifa, tanto sea del indignado del Twitter como del periodista apostado en el ibc. (Aunque el problema está en pedirle justicia a la fifa, ¿acaso cuando tenemos ganas de comer un helado vamos a una ferretería? ¿Verdad que no?) Como espectadores del gran evento que tiene el fútbol –como es la Copa del Mundo–, perdimos, porque nuestra atención fue toda a buscar el golpe artero y así pedirle a la fifa que “actúe de oficio”, perdiendo de vista que estamos frente a un gran Mundial, donde la gran mayoría de los partidos son apasionantes sin importar los nombres de las selecciones o la valía de las individualidad...
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