Después del colapso que sufrió hace algunos años, Enrique Vila-Matas comenzó a experimentar una recuperación en todos los órdenes. En ese proceso fue cobrando sentido la apertura de su escritura a distintas artes: “había dejado de obsesionarme sólo con la materia literaria y había abierto el juego a otras disciplinas”, confesó. En coincidencia con esta disposición, fue invitado a participar en la Documenta 2013 celebrada en Kassel, centro mundial del arte contemporáneo más innovador. Meses después escribió Kassel no invita a la lógica, rebelándose contra los que piensan que el arte contemporáneo es ridículo. La novela –la voz que narra habla en un momento de “reportaje novelado” pero Vila-Matas reivindica su condición de semificción– narra la historia de su entusiasmo por lo visto en la mu...
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