“Un gobierno a la medida de tu odio”, “Aquí bendijeron herramientas de tortura” y “Delitos de lesa humanidad no son delitos comunes”. Las tres frases proyectadas sobre una pared lateral de la Catedral de Buenos Aires resumían e identificaban, para los organismos de derechos humanos y las casi 500 mil personas presentes en el acto de Plaza de Mayo, las críticas hacia los gestores de una política de impunidad nacida el 10 de diciembre de 2015 y coronada el miércoles 3 con el fallo de la Corte Suprema a favor de los genocidas argentinos: la Casa Rosada, la Iglesia Católica y la corporación judicial.
La marcha contra la aplicación del llamado “dos por uno”, que reduce las penas de los militares y civiles condenados por delitos de lesa humanidad, fue convocada para el miércoles 10 a las 18 hora...
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