Amis había pasado de ser la gran esperanza de las letras británicas a una especie de blanco favorito de todo el sarcasmo de que es capaz la sociedad inglesa (que es mucho). Su primera novela, El libro de Raquel, publicada cuando tenía 25 años, ganó el premio Somerset Maugham en 1973, el mismo premio que había ganado su padre Kingsley con Lucky Jim. Kingsley fue un fiel representante de los angry young men y a pesar de que su literatura esté hoy prácticamente olvidada en estas costas, en su momento fue traducido y difundido profusamente y con toda justicia.
El joven Amis había tomado un camino difícil, ya que no solamente eligió la carrera de su padre sino que lo hizo desde un lugar similar, es decir, a través del humor y la sátira. Desde Jesús para abajo, puede hacerse una larga lista de h...
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