En la tapa de la publicación Estrategia de atención integral, promoción y prevención en los centros de privación de libertad (Opp, 2016) hay una foto de Rosana. Está de espaldas, con la mochila colgada del hombro izquierdo, su pelo negro crespo recogido. Camina hacia un edificio blanco, el ex hospital Musto, donde funciona la Unidad Penitenciaria número 5. Vuelve de trabajar fuera, cuidando cabras.
Cuando salió en libertad en 2014 no pudo seguir con ese trabajo. No había chance, puesto, paga, dijo el patrón. La última vez que la vi estaba trabajando como seguridad en un terreno donde funcionaría una whiskería. Tenía cerca un arma, por las dudas, aunque ella no quería. Para llegar había que cruzar las vías, a la altura de Piedras Blancas. Desde ese puesto fue la primera vez en su vida que R...
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