Hubo un tiempo en que las cartas –demoradas, esperadas– iban y venían entre la gente, y que modelaron y crearon el amor. Ahora que han sido sustituidas por formas más veloces, su ausencia permite ver su rastro en la literatura. En los relatos de Onetti, en los poemas de Idea Vilariño.
Al final de su vida, Idea escribió un prólogo a las Cartas de amor de Delmira Agustini donde mide esas “pocas cartas de amor auténtico, su discurso apasionado y serio”, que fueron las que provocó Manuel Ugarte. Concluye diciendo: “Tal vez fueron dos seductores jugando una partida”. La frase regresa como un bumerán cuando pensamos en su relación con Onetti.Tal vez fueron Idea y Onetti dos seductores jugando una interminable partida de cartas. Apostando fuerte. Fue un amor en la distancia. Muchos op...
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