Hay un ansia de apocalipsis en el aire. Como si el todavía reciente final del milenio hubiera defraudado a todos. Será que ni siquiera tuvimos la fortuna de que se verificara el apocalipsis digital y2k, que amenazaba con provocar un caos informático cuando las computadoras interpretaran el 2000 como 1900 y se paralizaran hasta las licuadoras. Sea como fuere, el fin del mundo captura la imaginación de las personas, y a veces hasta sus corazones: en 2011 era el cometa Elenin el destinado a extinguirnos, en 2012, según los mayas o más bien según sus malos intérpretes, sería un planeta o una enana marrón –llamada Nibiru o Planeta X–, o un asteroide, o la alineación de los planetas o todo lo anterior, los destinados a borrarnos del mapa. Sin embargo, no habían pasado ni un par de meses de habe...
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