De las grandes cabezas creativas del grunge –etiqueta que le sirvió a la prensa para referirse a un puñado de bandas provenientes de Seattle, musicalmente diversas y de explosión simultánea en 1991– sólo queda Eddie Vedder, líder de Pearl Jam: el círculo trágico que se inició con la muerte prematura de Kurt Cobain (27 años) en 1994 se cierra dos décadas más tarde con la no menos prematura de Chris Cornell (52). En el medio, otra muerte, la de Layne Staley, de Alice in Chains (34) en 2002. Más allá de las circunstancias de turno –si fue suicidio, accidente o algo a mitad de camino al estilo Michael Hutchence; si el cierre del concierto con “In My Time of Dying” fue casualidad o no–, de la historia repetida del rockstar malogrado, de las especulaciones en torno a una generación signada por l...
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