Un hombre que ha sufrido la cárcel deambula por el Centro de la Ciudad de México. Para un recién liberado, la calle sabe a libertad más que ningún otro sitio: nadie valora tanto el asfalto como el antiguo prisionero. El hombre vislumbra a sus personajes: aquellos que pueblan sus novelas, entre ellas El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Y es que el Centro es una variante de calles españolas del siglo XVII, con los ingredientes propios de las culturas originarias.
El Centro incluye algunos escenarios de Miguel de Cervantes y de Juan Rulfo: casonas, templos, atrios, locos, pordioseros, poderes, pregones, pícaros, picardías y picarescas.
Al sumergirse en ese vaho de voces, roces, fricciones, carnes friéndose, cuerpos enjutos y amplios abdómenes, Cervantes se acerca a su propia obra, ...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate