Todas las formas de análisis económico, desde el mercantilismo hasta la economía neoclásica, han estado orientadas hacia el crecimiento, lo cual es natural, pues han surgido en un mundo en constante crecimiento. Incluso las sociedades prerrepublicanas durante los, digamos, doscientos años que precedieron al siglo de las revoluciones, estaban significativamente influenciadas por una burguesía en ascenso y un crecimiento económico cada vez más acelerado, primero por el comercio y la división del trabajo, luego por el maquinismo, absolutamente dependiente del más grande hallazgo energético de la humanidad desde el descubrimiento del fuego: el carbón.
La principal diferencia del análisis económico –siempre dentro de este enfoque común sustentado en el crecimiento– ha estado dada por lo qu...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate