Un pequeño imprevisto técnico frustró la intención del ministro de Ambiente, Robert Bouvier, de imprimirle celeridad a su llegada a la Torre Ejecutiva ayer al mediodía. Lo aguardaba, dentro del edificio, quizás el compromiso más importante de toda su gestión al frente de la cartera. Bouvier es contador de profesión y asumió la secretaría de Estado hace casi exactamente dos años, cuando su correligionario Adrián Peña renunció al cargo, dejando vacante una cuota del Partido Colorado en el gabinete. Y este era para él un momento cumbre. Pero el mecanismo de las puertas automáticas que permiten la entrada a la sede del Poder Ejecutivo había sido desactivado provisoriamente, en virtud de la presencia de decenas de manifestantes que se agolpaban en el lugar. El ministro llegó a paso ligero y dur...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate