«Ahora estamos en espera de Metrópolis, Ben Hur, El circo, Napoleón y Juana de Arco», escribió en el número 2 de la revista Amauta (1928) la crítica peruana María Wiesse al final de una lista de sus filmes predilectos. Esa lista está encabezada por El Pibe, de Chaplin, y su antología busca alejarse del «turbio océano de las películas comerciales». Antes, en otras revistas nada radicales de Buenos Aires, Horacio Quiroga se había ocupado de los estrenos que producía la industria, sin desmedro de una reflexión propia sobre el nuevo arte y el correlato de cuatro ficciones inspiradas en historias vistas en la pantalla.
LARGA PACIENCIA
Desde un ayer nomás de escasez y de sombra, de golpe estamos ante multiplicaciones venturosas. El rápido hallazgo de filmes en plataformas de Internet, que, apena...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate