“Veníamos mal acostumbrados”, apreció Ignacio González, que cría ganado en Rocha. “Se había acumulado mucho pasto. No daban las bocas para comérselo”, coincidió Diego Echenique, que tiene su predio al sur de Durazno. Un lustro llevaba portándose bien, el de arriba. Pero en esta banda la seca es inexorable. Está estudiado. Hay una posibilidad en dos de tener una seca cada tres años, y tres posibilidades en cuatro de tenerla cada cinco años.1
Claro que no todas han sido igual de fuertes. Para los anales quedaron las de 1916, 1942, 1965 y 1988, cuando murió la sexta parte del rodeo ganadero. La más reciente, la de 2008, con no ser de las peores, significó que se produjeran 750 mil terneros menos, valor que habría que multiplicar por tres para calcular cuánto perdió el país, según dijo el mini...
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