“Todo queda en familia”
Quizá sea una definición imposible, pero esta película* dirigida por Rajko Grlic podría ser definida como una comedia de “humor ligeramente negro”. La negrura ligada al humor está presente desde el arranque, con ese anciano agonizante aferrado a un cuaderno donde aparecen dibujadas algunas de sus travesuras eróticas, que sus dos hijos festejan aun en el trance de volverse huérfanos. La ligereza está en el tono elegido por Rajko Grlic para diseñar su relato. Los hermanos son Nikola (Miki Manojlovic, un rostro frecuente en películas de Kusturica), un cincuentón que pudo estudiar en Estados Unidos y es ahora un empresario exitoso, y Braco (Bojan Navojec), más joven, bohemio, profesor y algo resentido con su hermano por su éxito y por ser el preferido de su padre. Lo q...
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