En un puesto ambulante ubicado cerca del arroyo Carrasco se pagaban 500 pesos a quienes aceptaran afiliarse al Círculo Católico. Los nuevos socios eran personas sin empleo formal, ingresadas como trabajadores de empresas fantasmas para que tuvieran derecho de acceder a una mutualista a través del Fondo Nacional de Salud (Fonasa). Rápidamente eran dadas de baja (uno o dos días después), pero el sistema prevé que los trabajadores tienen derecho a la salud desde la primera jornada laboral, y las mutualistas tienen derecho al cobro de la cápita que abona el Fonasa (en promedio, 60 dólares por usuario y por mes de cobertura) desde el momento de la afiliación. Desde la baja del empleado hasta que el Bps recibe esa información se pagan al menos dos cápitas a la mutualista, según supo Brecha de fu...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate