Guía para un universo, de Natalia Mardero, es –como toda guía– una bitácora. Sólo que en este caso se trata de la bitácora de una serie de viajes espaciales que se encuentra, lúdicamente, entre la alotopía (la presencia de varios mundos que difieren del real, donde suceden hechos que escapan de nuestras leyes o de nuestra lógica) y la metatopía (la presencia de mundos posibles que proyectan el mundo real al mundo futuro). Dividido en 38 capítulos breves, y con un lenguaje que juega con la autorreferencialidad de un diario, depurado hasta la casi linealidad de una escritura sin pliegues, Mardero busca generar la representación de un universo en expansión y cuya cartografía –tan extensa o infinita como el universo mismo que se recorre– deriva hacia la referencia pop o, como anota Gabriel Pev...
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