El camión de la leche acaba de llegar y dos personas ayudan a bajar los cajones y a arrimarlos al Almacén Social, una casa celeste de material con Bugs Bunny y Sam Bigotes pintados en su frente. El dueño del almacén es un preso, como también lo son los de las siete bloqueras, la panadería, el aserradero, la confitería, el taller mecánico, la regalería, la parrillada, la huerta y otros 30 emprendimientos instalados dentro del Centro de Rehabilitación de Punta de Rieles. El lugar parece un pueblo pero es una cárcel, rodeada de alambrado, sin policías (sólo los que custodian la entrada) y con un edificio de ladrillos en mitad del predio. Más atrás están las barracas donde duermen los reclusos. Sus pobladores son cerca de 540 personas que caminan libremente, varios con chalecos fluorescentes y...
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