Es sábado. Sheila, de 62 años, vive en Leblón, barrio donde el metro cuadrado es el más caro de todo Brasil. Dos veces por semana atiende un puesto de ropa en una de las principales calles de la zona. “Yo soy de izquierda y abrí la primera librería de izquierda en Manaos, en plena dictadura. Era una burguesa, mi familia tenía dinero, y repudiaba a mi novio, actor, ateo y comunista”, dice. Es delgada como un pincel y no se tiñe el pelo. Su discreta elegancia está a la altura de su amabilidad. Responde sobre Marina: “Creo que le falta experiencia, la veo como una principiante, si no la votaría. No tiene ‘cintura’ en sus posiciones, es fanática. En el pt (el gobernante Partido de los Trabajadores) se peleó con mucha gente. Con Eduardo Campos se alió por conveniencia, de los dos.
Ahora dice qu...
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