De las especies en peligro de extinción, la que menos preocupa a los biólogos es la del crítico de arte. Y a los editores de revistas, programas de televisión y hombres de la cultura en general. Probablemente también a los lectores. Otra razón no explica el encarnecido silencio que envolvió, al menos en Uruguay, la desaparición física de Robert Hughes. Murió hace una semana en Nueva York el australiano que era considerado el crítico de arte más importante del mundo y tal vez uno de los más polémicos. Afirmaciones como que la pintura de Francis Bacon se parece a “papel para atrapar moscas” o que “Jeff Koons es el Rose Mary baby de Andy Warhol” le granjearon esa fama de “elocuente y combativo”, como lo definiera The New York Times. Su vida discurrió entre su Sydney natal, Londres y Nueva Yo...
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