El neorrealismo y sus derivados han dejado una larga estela reconocible en el historial de nuestra narrativa. En particular el que se entronca con ciertos dispositivos retóricos que lo emparentan con el regionalismo y el cuadro de costumbres. El caso de Ironía clásica y otros cuentos, de Ariel Silva Colomer, puede ubicarse cómodamente en esas coordenadas: a lo largo de nueve cuentos de extensión variable, Silva intenta recrear –a veces de manera socarrona, a veces con un distanciamiento que busca hacer del hecho narrado un fotograma– la atmósfera cansina y algo desangelada de esos pueblos o ciudades del Interior que uno intuye cercanos a la capital.
Cierto es que tales tópicos han sido más que explorados con diferentes sesgos y diversa fortuna. Con todo, se puede observar en Ironía clásic...
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