Un país dividido. Un PT declinante. Una Marina Silva pulverizada. Un Aécio Neves en pleno crecimiento. Las dos semanas que restan hasta la segunda vuelta del domingo 26 de octubre serán testigos de la creciente polarización que vive Brasil. Un país conservador, por derecha y por izquierda. Unos para bajar al PT del gobierno y asentar privilegios. Otros para mantener el statu quo. El futuro Congreso, por lo pronto, estará más volcado a la derecha que el actual.
Lo cierto es que la campaña del PT, de Lula y de Dilma Rou-sseff contra Marina logró su objetivo: deconstruir su candidatura, mostrar los flancos débiles de la ambientalista y las fragilidades de sus propuestas, evidenciar que se había recostado hacia las elites del país. Pero ahora, cuando se enfrentan Aécio y Dilma, pedirle el voto...
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