—Contanos sobre tu región y la convivencia con la guerra.
—Cuando aparece en 1979 el fenómeno del narcotráfico, la hoja de coca tostada, que valía cinco centavos, pasó a valer 50. A finales de 1980 ya estaba en 500 pesos. Con eso se desculturizó la comunidad y nos llegaron las armas. En un pueblo pequeño de 400 habitantes, como Lerma, había 15 cantinas, cinco griles y la gente se empezó a matar por puro poder.
Entre 1983 y 1987 el pueblo perdió una cuarta parte de su población por culpa del narcotráfico. Hemos vivido todas las guerras desde la llegada del narco.
Por fortuna fui sobreviviente.
—¿A cuánta gente nuclea el Cima?
—A muchas familias de 28 municipios de la zona centro-sur del Macizo Colombiano, y los municipios del norte de Nariño.
Lo que nos ha permitido vivir y ser más fuertes ...
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