—Acá te versionó una banda tropical bastante clásica (Los Negroni). Les pregunté por qué habían elegido un tema tuyo y me dijeron “por el lenguaje, es el lenguaje de los pibes”. En este sentido vos te manejás con un desenfado que de algún modo me hace acordar a la cumbia villera. ¿Te parece que la villera dejó un legado liberador?
—Considero que la música que hago, especialmente la cumbia, es un soporte privilegiado para poder comunicar narraciones socioculturales que los medios usualmente no privilegian. Lo que hago también oscila en una paleta bastante amplia entre lo académico y lo callejero. Eso soy yo, esa mixtura. La cumbia villera me gusta porque permite relatos, que aunque los tilden de apologéticos, muestran realidades que viven las clases más populares. Musicalmente hablando, con...
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