El Molino Santa Rosa se transformó en cooperativa en abril del año 1999, luego de estar un año sin actividad y luego de que sus dueños –la Satran sa– dejaran a sus operarios sin trabajo y sin los sueldos del mes, despidos o cualquier otra liquidación. A partir de ese año, el edificio y las máquinas fueron recuperados y comenzaron a ser autogestionadas por sus trabajadores.
En la puerta del edificio, dos placas recuerdan a los promotores del colectivo: Héctor Bermúdez y Emisael Cancela. Ambos “ideólogos precursores que entregaron su vida por hacer un sueño realidad, la cooperativa”, se encargaron de reagrupar y convencer a los trabajadores que ya se dispersaban con otras changas en la zona. Además fueron los que creyeron en la viabilidad económica del proyecto, se asesoraron jurídicame...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate