En el patio del hospital hay sol y cielo bien celeste. Bajo las arcadas, dos personas conversan en un banco a la sombra. Un chico corre en círculos por el piso en damero, otro camina tranquilo llevando lentes oscuros. El patio es el limbo entre la policlínica y las salas de internación. En este limbo sin Caronte previo, la puerta verde cubierta de pegotines es testigo del deambular y permite el ingreso al estudio de radio. Mauricio cruza la puerta y observa a la fonoplatea en acción. Ve y escucha a Adhemar Seara con sus arengas y columnas críticas tituladas Tacto rectal, a Diego Planchesteiner con su voz aguardentosa cantando versos propios, a Miguel Pérez leyendo sus poemas llenos de duendes. Las columnas de Olga Azikián aportan granitos de arena para reflexionar sobre las violencias haci...
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