El mediodía del lunes 15 de noviembre un equipo de la agencia de noticias EFE tocó a la puerta del apartamento de Yunior García Aguilera, el dramaturgo que había convocado para esa tarde una marcha nacional en contra del gobierno cubano. «Los agentes que lo vigilan no nos impidieron acceder», se congratuló el reportero Atahualpa Amerise, aunque la oportunidad apenas le serviría para constatar que el disidente no había sido detenido, como se aseguraba en las redes. «Está en su casa durmiendo […] su suegra nos dijo que se encuentra agotado después del intenso domingo», detalló Amerise en un tuit que fue replicado hasta el cansancio durante las horas siguientes.
El día anterior toda la atención del país se había concentrado en ese despintado edificio de estilo soviético, levantado en la perif...
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