La heladera consume tanto que, cuando se descompone, en lugar de llamar al service habría que llevarla a rehabilitación. Abriendo la puerta a cada rato, el consumo se vuelve aun más problemático. Dicen que cada vez que se abre la heladera el consumo aumenta un 1 por ciento. Sale más caro abrirla que llenarla.
Lo increíble es que aunque uno no haya ido antes al supermercado, igual la abrirá procurando encontrar lo que nunca guardó, como si lo que tuviera en frente no fuera un refrigerador, sino una cabina de teletransportación.
Si no le pusiste nada, no vas a encontrar nada. ¿Quién va a venir a dejarte algo? La heladera hace hielo, nomás, no fabrica mortadela, ni arroz con leche, ni milanesas de pollo. Si tenés el estómago tan vacío como la heladera, la respuesta está en la puerta pero del ...
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