Las nuevas tecnologías como la reproducción digital, las redes sociales y las tiendas online han provocado cambios en el consumo, la producción y la circulación de la música. Las nuevas prácticas de canje virtual y las descargas gratuitas de fonogramas han generado un mercado paralelo con nuevos modos de distribución, circulación y venta que está poniendo en entredicho el de las empresas discográficas tradicionales.
Puede decirse, incluso, que se está dando con una frecuencia cada vez mayor un maridaje entre esas nuevas tecnologías y las redes más antiguas de intercambio (venta de discos en conciertos, ferias de discos independientes), y como si esto fuera poco, estas nuevas estrategias generan nuevas formas de validación que les son propias: popularidad de perfiles de Facebook o Youtub...
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