Ocho partidos fueron suficientes para terminar con el Peñarol del “Tornado” Alonso. La directiva aurinegra no dudó en apelar a la condición humana del entrenador saliente para invitarlo cordialmente a “poner el cargo a disposición”, ese eufemismo que en el diccionario del fútbol uruguayo supone ser echado sin cobrar el resto del contrato ni la cláusula de rescisión. A continuación compartimos algunas reflexiones sobre el difícil arte de ser director técnico en Uruguay.
El equipo de las 11 estrellas, que había comenzado su campaña 2013-2014 con optimismo de la mano de un plantel poderoso, reforzado con todo lo que su novel entrenador fue solicitando, finalmente fue de menos a menos todavía, y al cabo de dos meses quedó con el clásico y la Copa Bimbo como únicos objetivos de acá a febrero....
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