Un trabajo con el sello de MacGyver: los que entraron en Semana Santa (ni criolla ni turismo, porque hubo una especie de intervención del espíritu santo) a las oficinas del Laboratorio de Arqueología Forense, en dependencias de la Facultad de Humanidades, actuaron con suma eficiencia, con información calificada y con un conocimiento acabado del terreno, en este caso el detalle preciso de cómo moverse en el lugar y dónde encontrar aquello que venían a buscar. Los intrusos se movieron con absoluta seguridad: sabían, por ejemplo, que no existían cámaras de seguridad que pudieran registrar sus movimientos; abrieron sin dificultad las cerraduras y los candados que supuestamente preservaban los accesos, registraron todo el mobiliario y, por supuesto, las computadoras. Fue un verdadero ope...
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