«El mecánico mercedario Hugo Rey (1950), que suele trabajar el algarrobo para sus tallas compactas y bien logradas, llegó a esculpir una efigie de José Salles en un árbol vivo (eucalipto), en el preciso lugar donde el legendario personaje conocido como el Dios Verde solía pasar sus días.» Esto decía el poeta y crítico de arte Pablo Thiago Rocca (Montevideo, 1965) en su libro Otro arte en Uruguay.1 Años más tarde, el enigmático mendicante, que, según se cuenta, recorrió descalzo distintos puntos del país predicando su fe en la comunión del hombre y la naturaleza, se convertiría en centro de atención del poeta, cuyo último libro se titula Los cuadernos del Dios Verde (primer premio en el Concurso Literario Juan Carlos Onetti, 2019). Previamente, el autor, que está abocado a la poesía desde h...
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